Los médicos NO HEMOS SIDO formados para "asesinar" personas sino, todo lo contrario.

Nos preparamos para preservar la vida, aliviar el dolor, prevenir males mayores y acompañar en lo irreversible.
Todo procedimiento tiene implícito un riesgo, pero esto no debe interpretarse como la intención de dañar y mucho menos ocasionar la muerte.
Es por esto que como Institución representativa de la comunidad médica rechazamos la calificación de asesino a un colega. No lo debemos abandonar.
Y no como cuerpo o decisión corporativa injusta y tendenciosa, sino como colegas que nos encontramos ante medios de comunicación masiva que incentivan la condena social en el proceder de nuestra noble profesión.